Reflexiones
Caerse del caballo y darse cuenta de que nuestro peor oponente convive junto a nuestro mejor amigo. Es el ying y el yan de la mente humana, los dos muy juntitos en un sólo pack llamado cerebro, tan perfectamente embalados dentro del cráneo.
Caerse del caballo y descubrir, que es imposible sacar tantos proyectos adelante, que no hay suficiente tiempo, ni fuerzas para acometer tantas ideas.
Caerse del caballo y comprobar que el ansia/ ansiedad por terminar muchas cosas no permite dedicarse a perfeccionar tan sólo una.
Caerse del caballo y asumir que las fuerzas y lo sentidos disminuyen con el paso de los años, por más que nos neguemos a asumirlo.
Caerse del caballo y resignarse, porque hay muchas cosas que no veremos, por más que lo intentemos.
Caerse del caballo y descubrir que aunque somos artífices de nuestro destino, el nacer y vivir en determinados entornos, influye directamente para alcanzar la meta.
Caerse del caballo y tener ganas de volver a levantarse.. .