JSBaenacock, escritor y creativomedia
viernes, 10 de marzo de 2017
El misterioso e intrigante caso del hombre al que le sustrajeron el cerebro.
Es imposible detectar si nuestra información está siendo utilizada por entes superiores.
¿Alguna vez has pensado que tu vida, tus experiencias, tu cerebro, podrían estar siendo manipulados y esos datos enviados a otro lugar del cosmos como lo haría una sonda?
Comentarios:
Este relato de ciencia ficción plantea una hipótesis, una teoría a la que llevo algún tiempo dando vueltas: la especie humana lleva años buscando vida en otros espacios del cosmos, especialmente en planetas similares al nuestro. Mi teoría, bueno cuando digo "mía" es porque he llegado a esa conclusión después de varios relatos de ficción, no significa que no se le haya ocurrido a más personas o que incluso exista bibliografía al respecto.
Creo que hemos subestimado la posibilidad de que seamos nosotros los encontrados y espiados. A estos seres tecnológicamente superiores no les hace falta viajar en obsoletos “platillos y paelleras” voladoras, creo que viajan como lo hace la luz en el espacio, básicamente son información,
igual que un virus introduce sus códigos en una célula poniéndola a trabajar para él.
He pensado que es posible que en caso de existir estos seres llamados erróneamente "extraterrestres", de alguna manera consiguen que nuestra información, nuestras experiencias y en términos generales nuestra forma de vida llegue hasta ellos sin necesidad de transporte físico.
Supongo que una manera muy simple de conocer nuestro mundo es utilizar la información que almacenamos en nuestro cerebro, además resultaría bastante económica.
La historia narra un caso similar, salvo que en esta versión literaria es un personaje el que se encarga de extraer los datos del cerebro de su amigo y enviarlos a otro lugar del universo.
El misterioso e intrigante caso del hombre que silbaba mis pensamientos
Algunos amigos me han preguntado si es un caso real. Mi respuesta siempre es la misma: parcialmente… una curiosa casualidad.
Pero más allá de fenómenos estrictamente anecdóticos, el fondo del relato refleja cómo la mente nos puede engañar. Nuestro cerebro nos puede hacer percibir determinados estímulos como si fuesen reales, sin serlo.
Existen muchos ejemplos, como la pareidolia o la apofenia.
Reconocer imágenes donde nos las hay o identificar patrones o experiencias concretas para dar sentido de forma anómala a lo que no lo tiene, como cuando se piensa en un teléfono y éste suena por casualidad.
El misterioso e intrigante caso del hombre que nunca comprobaba su lotería
Cuando se me ocurrió esta extraña historia, en un principio me pareció materialista y surrealista; una caricatura del hombre de clase media que no llega a fin de mes y que sabe que difícilmente, salvo por un golpe de suerte, sus expectativas cambien. El cuento de “la lechera” es un ejemplo de hasta qué punto es contraproducente vivir de ilusiones. A veces los deseos chocan con cargas opuestas y de igual intensidad que irremediablemente conducen al fracaso.
Aunque parezca absurda la elección de Sebastián, tenía moraleja. Había que mantener su deseo, obviando los resultados.
El misterioso e intrigante caso del Presentador licántropo
“Los prejuicios se comportan como las cortinas en las ventanas, algunas veces impiden ver con claridad lo que hay al otro lado del cristal, privándonos de disfrutar la luz.”
El misterioso e intrigante caso del hombre que no llevaba un smartphone
Vivimos en una sociedad alienada, consumista e individualista. Lo sabemos, pero permanecemos en nuestra zona de confort. ¿Es posible corregir el sistema sin salir de él?
Crítica y auto-crítica de un mundo donde la dependencia tecnológica nos conduce voluntariamente a la deshumanización. Hay quien se beneficia con una sociedad alienada, homogénea y sin personalidad.
Dudo
de que estos sean los primeros pasos hacia el transhumanismo.
El misterioso e intrigante caso del hombre de los prismáticos
El misterioso e intrigante caso del hombre de los prismáticos.
Tienes un vecino que te espía, un hombre extraño que porta unos prismáticos. Aparece cada vez que te asomas y miras hacia su ventana. Te sorprendería saber de quién se trata.
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