Lo siento: si callo, muero. Si opino, también. Hoy: La incoherencia by JSBC
A veces uno ve a alguien defender la paz... apoyando bombardeos. O gritar libertad... mientras bloquea al que opina distinto. Y uno se pregunta: ¿es cinismo o es que se han golpeado la cabeza? Pues no. Es neurociencia.
El cerebro humano, tan listo para algunas cosas, tiene un punto débil: le encanta pertenecer a un grupo. Cuando sentimos que encajamos, se activa el núcleo accumbens, y zas: dopamina. Eso da gustito. Y da igual si lo que decimos se contradice con lo que dijimos ayer. El cerebro no busca coherencia, busca recompensa.
Además, la corteza prefrontal —esa parte que debería ayudarnos a razonar— a veces solo se activa para justificar lo que ya hemos decidido creer. O sea, no estamos pensando: estamos defendiendo la camiseta.
Así que no, no es que la gente no vea sus contradicciones. Es que el cerebro las maquilla para seguir perteneciendo al club. Lo importante no es tener razón. Es que te aplaudan los tuyos.
Epílogo: Y sí, dentro de esa necesidad de pertenencia, hay quien no se conforma con cualquier grupo. Prefiere apuntarse a los que tienen más brillo, más aire de sofisticación, como si fueran la jet set de la conciencia social. Grupos que parecen moverse en otro nivel, más “elevado”, más “despierto”, pero que muchas veces son puro escaparate. Al final, la necesidad es la misma: encajar. Solo que con filtro bonito.
Por eso, para mí es incomprensible que haya gente que no tenga nada que decir cuando un gobierno regala sesenta mil millones de euros a los bancos a fondo perdido, o construye aeropuertos fantasmas y autopistas ruinosas. Y esa misma gente guarda silencio cuando quienes defienden su ideología llevan el dinero a paraísos fiscales para no pagar impuestos, mientras ondean una banderita.
En cambio, cuando se ayuda a quien no puede vivir, ahí sí que protestan. Aunque ese dinero no se fuga: se queda. Termina en el comercio local, en la economía real, en la vida de todos. Eso sí que es una incoherencia de campeonato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario