viernes, 10 de marzo de 2017

El misterioso e intrigante caso del hombre que silbaba mis pensamientos




Algunos amigos me han preguntado si es un caso real.  Mi respuesta siempre es la misma: parcialmente… una curiosa casualidad.
Pero más allá de fenómenos estrictamente anecdóticos, el fondo del relato refleja cómo la mente nos puede engañar. Nuestro cerebro nos puede hacer percibir determinados estímulos como si fuesen reales, sin serlo. 
Existen muchos ejemplos, como la pareidolia o la apofenia.
Reconocer imágenes donde nos las hay o identificar patrones o experiencias concretas para dar sentido de forma anómala a lo que no lo tiene, como cuando se piensa en un teléfono y éste suena por casualidad. 



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