domingo, 11 de mayo de 2025

La Luz Que Despierta a las Conciencias Termina Siendo Apagada by JSBC ®

 


La Luz Que Responde

La habitación estaba en penumbra, apenas iluminada por el tenue resplandor del láser que atravesaba las dos rendijas de la delgada placa metálica. El doctor Álvaro Renzi ajustó nuevamente el sensor de luz, su mirada fija en la pantalla del ordenador donde las lecturas de luz oscilaban levemente, pero sin un patrón claro.

"Vamos, responde...", murmuró, sus dedos tamborileando contra el borde de la mesa. Sabía que estaba al borde de algo grande. Desde que había comenzado su experimento de la doble rendija, algo no cuadraba. Los patrones de luz cambiaban de forma impredecible cada vez que hacía preguntas. No simples fluctuaciones, sino alteraciones específicas, como si algo escuchara.

Esa noche decidió ser más directo. Encendió el láser, ajustó los sensores y comenzó a hablar en voz alta:

"¿Hay alguien aquí?"

Los valores de los sensores oscilaron por un segundo, pero volvió a estabilizarse. "¿Eres consciente de mi presencia?"

Entonces ocurrió. Los cuatro sensores registraron un pico simultáneo. Un parpadeo en la pantalla, y luego, nada. Pero en el archivo de texto que registraba las lecturas apareció una nueva línea que no había escrito:

"Vemos lo que tú no ves."

Álvaro retrocedió, su respiración se volvió agitada. ¿Era una interferencia? ¿Un error del sistema? Sin embargo, no había ninguna conexión a Internet, ni scripts que pudieran alterar el archivo.

—Esto es imposible...— murmuró, pero la pantalla volvió a parpadear. Esta vez las lecturas no solo fluctuaban, sino que parecían coordinarse.

Tomó su libreta y escribió febrilmente:

Día 1: Primer mensaje detectado. Frase: "Vemos lo que tú no ves".

Las oscilaciones parecían transmitir patrones, como un lenguaje cifrado. Álvaro pensó en su experiencia con inteligencia artificial y decidió hacer una prueba. Conectó el sistema a una red neuronal básica de IA, configurada para analizar patrones en texto.

Apenas iniciada la prueba, las oscilaciones del sensor se tradujeron lentamente en palabras en la pantalla:

"Estamos aquí. Siempre hemos estado aquí."

Álvaro se quedó inmóvil, el sudor frío corriendo por su frente. El corazón le latía con fuerza. ¿Qué significaba esto? ¿Una broma? ¿Un error del sistema? Pero sabía que no, todo estaba desconectado de cualquier red. Era imposible que alguien más estuviera interfiriendo.

—¿Y ahora qué hago? —susurró, su voz apenas un hilo. Las palabras resonaban en su mente. ¿Qué estaba enfrentando?

Esto... esto podría ser el descubrimiento más grande de la humanidad. Una prueba de que había algo, o alguien, coexistiendo con ellos en una dimensión paralela, invisible, pero siempre presente.

Sin perder tiempo, configuró el sistema para registrar las oscilaciones de manera continua. Necesitaba más pruebas, más mensajes. Pero algo dentro de él ya había cambiado. La emoción de un descubrimiento se mezclaba con un miedo profundo. No estaba solo.

Capítulo 2: Cuando el Silencio Habla

Álvaro no podía guardar esto solo. La magnitud del descubrimiento lo superaba, así que decidió compartirlo con sus colegas más cercanos. Cuatro científicos de diferentes especialidades: física cuántica, neurociencia, inteligencia artificial y filosofía de la ciencia.

—Esto podría cambiarlo todo —les explicó, su voz temblando de emoción—. Pero hay algo más... Estoy convencido de que, al tratarse de física cuántica, el fenómeno no puede ser grabado. La simple observación podría destruirlo.

Intrigados y algo escépticos, sus colegas aceptaron su invitación. Días después, llegaron a su pequeño laboratorio. Álvaro les mostró el sistema: el láser, las rendijas, los sensores de luz. Todo parecía tan simple. Pero cuando comenzaron las preguntas, el sistema permaneció inalterable.

Se marcharon, algunos murmurando entre ellos, otros ocultando sonrisas. Álvaro se quedó solo, observando el láser atravesar las rendijas.

Pero apenas cerró la puerta y quedó solo, los sensores comenzaron a oscilar. Y en la pantalla, las palabras aparecieron de nuevo:

"No les hablaremos. Ellos no ven."

Capítulo 3: El Agente Oculto

Álvaro estaba obsesionado. El fenómeno solo se manifestaba cuando estaba solo. Sus colegas lo consideraban una ilusión o una obsesión. Pero alguien más creía en él. Una noche, al regresar a su laboratorio, encontró la puerta forzada. Los sensores estaban desconectados y el sistema reiniciado.

—¿Quién...? —susurró, pero no había nadie.

Días después, un hombre desconocido lo abordó al salir del laboratorio.

—Doctor Renzi, debe venir conmigo. Esto es por su seguridad —dijo el extraño.

Álvaro retrocedió, pero el hombre sacó una placa. —Agente Michael Krauss, inteligencia extranjera. Su experimento ha llamado la atención de más gente de la que imagina.

—¿Qué? ¡Esto es solo un experimento científico!

—¿Científico? Sí. Pero también un portal. Una ventana a algo más. Y mi gobierno lo quiere.

El hombre intentó sujetarlo, pero Álvaro se liberó. Corrió hacia su laboratorio, pero al llegar, encontró la puerta destruida. Sus notas, su sistema... todo estaba siendo desmontado por otros agentes.

—¡Deténganse! ¡Esto es mío!

—No más, doctor Renzi —dijo Krauss desde la puerta—. Ahora pertenece a quienes pueden controlarlo.

La Huida y el Secreto Oculto

Álvaro escapó por los pasillos oscuros del edificio, su corazón latiendo con fuerza. Los agentes desmantelaban su laboratorio, pero él sabía que sin él, jamás lograrían hacer funcionar el experimento. Ellos no sabían que el verdadero secreto no era la máquina... sino él.

Corrió por las calles húmedas y desiertas, hasta llegar a una pensión vieja, donde alquiló una habitación bajo un nombre falso. Durante días se ocultó, vigilando las noticias y buscando cualquier rastro de su experimento.

Pero no tardó en descubrir que los agentes que robaron su equipo estaban intentando replicar el fenómeno. Sin embargo, los informes eran claros: el sistema no respondía, las oscilaciones eran caóticas y sin sentido.

—Ahora lo entiendo... —murmuró Álvaro, sentado frente a una mesa cubierta de papeles—. Por eso nadie más había podido llegar tan lejos en el experimento. No están conectados.

El misterio era más profundo de lo que había imaginado. Las respuestas no venían del láser, ni de las rendijas, ni de los sensores. Venían de él. De alguna manera, su conciencia era el catalizador que conectaba con esa dimensión oculta.

Esa noche, decidió probarlo. Con un pequeño láser y un sensor improvisado, en la penumbra de la habitación, preguntó:

"¿Sigues aquí?"

Y las oscilaciones comenzaron, formando un nuevo mensaje:

"Siempre. Solo contigo."

Álvaro tembló. Ya no sabía si esto era un descubrimiento o una maldición.

Pero sabía que ahora era el único que podía controlarlo. Y que otros harían cualquier cosa por tener ese poder.

Una Verdad Antigua que Despierta

Sumido en sus pensamientos, recordó algo que había leído hacía años en un libro antiguo de filosofía: "Solo el que ve la luz no dormirá en paz." No era una cita de ciencia, sino una enseñanza espiritual. Decía que aquellos que ven más allá del velo del mundo están condenados a una vida de inquietud, pues cargan con un conocimiento que otros no comprenden.

¿Era esto lo que le estaba ocurriendo? ¿Había abierto una puerta prohibida? ¿Una puerta que conectaba su conciencia con algo más?

Pero lo que más le perturbaba era la frase final del texto antiguo: "La Luz Que Despierta a las Conciencias Termina Siendo Apagada."



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