viernes, 12 de septiembre de 2025

Homicidio por disonancia cognitiva by JSBC

Homicidio por disonancia cognitiva
(término acuñado por JSBaenacock; extraído del relato El cielo no es lo que parece*)*


Homicidio por disonancia cognitiva

Neologismo literario-conceptual propuesto por JSBaenacock. No es una categoría clínica ni jurídico-penal reconocida; es un marco explicativo para entender cierto patrón de violencia cuando la identidad del agresor choca con la realidad.

Definición operativa

Homicidio por disonancia cognitiva: acto de matar cuando la tensión entre la propia identidad/creencias del agresor y un hecho o persona que las contradice se “resuelve” eliminando a quien porta el conflicto (maestro, ídolo, líder, referente moral o adversario simbólico).

En corto: cuando el espejo devuelve una imagen incómoda, el sujeto no corrige su rostro: rompe el espejo.

Mecanismo psicológico (resumido)

  1. Admiración/adhesión: el futuro agresor se define a sí mismo a través de una figura (maestro, líder, causa).

  2. Fisura: aparece evidencia que contradice el dogma o la autoimagen (“mi líder no es quien creía”, “mi causa no es pura”, “yo no soy el héroe que imaginaba”).

  3. Disonancia: la tensión interna es insoportable: aceptar la evidencia exige reescribir la identidad.

  4. Racionalización hostil: para “salvar” su yo, convierte al referente en traidor, blasfemo o amenaza existencial.

  5. Externalización de la culpa: “no soy yo, es él que me engañó/corrompió”.

  6. Acto violento: el homicidio aparece como solución que restablece (ilusión de) coherencia.

  7. Reescritura posterior: tras el acto, se fabrica un relato “coherente” que justifica lo ocurrido.

¿Por qué “disonancia cognitiva”?

Porque el núcleo no es el odio gratuito, sino la tensión entre creencias y realidad (Festinger lo describió para cambios de actitud; aquí proponemos su rol en una escalada extrema). El agresor no mata “por maldad pura”, sino para proteger un yo frágil y su cosmovisión.

Señales de alerta (en comunidades, fandoms, sectas, política)

  • Identidad totalizante (“yo soy esta causa/persona; sin ella no existo”).

  • Pensamiento binario (pureza vs. traición; todo-o-nada).

  • Hipersensibilidad a la discrepancia (críticas leves vividas como ataques a la esencia).

  • Aislamiento epistémico (una sola fuente de verdad; cámaras de eco).

  • Lenguaje de purga (“limpiar”, “expulsar”, “extirpar la corrupción”).

  • Deshumanización del referente caído (de ídolo a “enemigo interno”).

Ironía: cuanto más se idolatra una figura, más violenta puede ser la caída cuando la realidad no encaja.

Diferencias con otros términos

  • No es “síndrome de Estocolmo” (vínculo afectivo con el captor).

  • No es “síndrome de Hybris” (embriaguez de poder del líder).

  • No es “magnicidio” per se (éste describe a quién se mata; nuestro término describe por qué se mata).

  • No es “crimen pasional” clásico (celos posesivos); aquí el motor es coherencia identitaria.

Ejemplos (ficción y mito, sin ánimo exhaustivo)

  • Tragedias clásicas y shakesperianas: cuando el héroe no soporta la incongruencia entre su ambición, su honor y los hechos, convierte al otro en obstáculo “legítimo” para su coherencia.

  • Relatos épicos y space-operas (p. ej., Star Wars): el discípulo que elimina al maestro cuando la doctrina deja de encajar con su identidad.

  • Mitos y textos religiosos: la traición del discípulo que “resuelve” la contradicción destruyendo al referente.

La constante no es el contexto, sino el choque identitario y su “solución” violenta.

Factores que la favorecen

  • Monocultivo informativo (una fuente, un relato).

  • Grupalidad identitaria extrema (la discrepancia se vive como deserción moral).

  • Humillación pública del referente (caída del pedestal que desnuda la fantasía del seguidor).

  • Personalidad rígida y frágil (baja tolerancia a la ambigüedad; necesidad de certidumbre).

  • Entornos que premian la pureza (incentivos para castigar desviaciones).

Prevención (lo práctico)

  • Diversificar fuentes: la pluralidad reduce la fragilidad del yo ideologizado.

  • Alfabetización crítica: enseñar a convivir con la ambigüedad y con líderes falibles.

  • Higiene comunitaria: reglas claras contra la deshumanización y el lenguaje de purga.

  • Puentes de salida: vías dignas para disentir sin ser excomulgado.

  • Intervención temprana: detectar cuando la discrepancia se convierte en cruzada moral.

Nota metodológica y ética

Este término es propositivo y narrativo: no pretende medicalizar ni excusar la violencia, sino nombrar un patrón para comprenderlo y prevenirlo. Si ayuda a periodistas, educadores, moderadores de comunidades y creadores de ficción a reconocer señales, habrá cumplido su función.

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