Homicidio por disonancia cognitiva
(término acuñado por JSBaenacock; extraído del relato El cielo no es lo que parece*)*
Homicidio por disonancia cognitiva
Neologismo literario-conceptual propuesto por JSBaenacock. No es una categoría clínica ni jurídico-penal reconocida; es un marco explicativo para entender cierto patrón de violencia cuando la identidad del agresor choca con la realidad.
Definición operativa
Homicidio por disonancia cognitiva: acto de matar cuando la tensión entre la propia identidad/creencias del agresor y un hecho o persona que las contradice se “resuelve” eliminando a quien porta el conflicto (maestro, ídolo, líder, referente moral o adversario simbólico).
En corto: cuando el espejo devuelve una imagen incómoda, el sujeto no corrige su rostro: rompe el espejo.
Mecanismo psicológico (resumido)
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Admiración/adhesión: el futuro agresor se define a sí mismo a través de una figura (maestro, líder, causa).
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Fisura: aparece evidencia que contradice el dogma o la autoimagen (“mi líder no es quien creía”, “mi causa no es pura”, “yo no soy el héroe que imaginaba”).
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Disonancia: la tensión interna es insoportable: aceptar la evidencia exige reescribir la identidad.
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Racionalización hostil: para “salvar” su yo, convierte al referente en traidor, blasfemo o amenaza existencial.
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Externalización de la culpa: “no soy yo, es él que me engañó/corrompió”.
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Acto violento: el homicidio aparece como solución que restablece (ilusión de) coherencia.
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Reescritura posterior: tras el acto, se fabrica un relato “coherente” que justifica lo ocurrido.
¿Por qué “disonancia cognitiva”?
Porque el núcleo no es el odio gratuito, sino la tensión entre creencias y realidad (Festinger lo describió para cambios de actitud; aquí proponemos su rol en una escalada extrema). El agresor no mata “por maldad pura”, sino para proteger un yo frágil y su cosmovisión.
Señales de alerta (en comunidades, fandoms, sectas, política)
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Identidad totalizante (“yo soy esta causa/persona; sin ella no existo”).
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Pensamiento binario (pureza vs. traición; todo-o-nada).
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Hipersensibilidad a la discrepancia (críticas leves vividas como ataques a la esencia).
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Aislamiento epistémico (una sola fuente de verdad; cámaras de eco).
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Lenguaje de purga (“limpiar”, “expulsar”, “extirpar la corrupción”).
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Deshumanización del referente caído (de ídolo a “enemigo interno”).
Ironía: cuanto más se idolatra una figura, más violenta puede ser la caída cuando la realidad no encaja.
Diferencias con otros términos
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No es “síndrome de Estocolmo” (vínculo afectivo con el captor).
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No es “síndrome de Hybris” (embriaguez de poder del líder).
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No es “magnicidio” per se (éste describe a quién se mata; nuestro término describe por qué se mata).
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No es “crimen pasional” clásico (celos posesivos); aquí el motor es coherencia identitaria.
Ejemplos (ficción y mito, sin ánimo exhaustivo)
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Tragedias clásicas y shakesperianas: cuando el héroe no soporta la incongruencia entre su ambición, su honor y los hechos, convierte al otro en obstáculo “legítimo” para su coherencia.
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Relatos épicos y space-operas (p. ej., Star Wars): el discípulo que elimina al maestro cuando la doctrina deja de encajar con su identidad.
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Mitos y textos religiosos: la traición del discípulo que “resuelve” la contradicción destruyendo al referente.
La constante no es el contexto, sino el choque identitario y su “solución” violenta.
Factores que la favorecen
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Monocultivo informativo (una fuente, un relato).
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Grupalidad identitaria extrema (la discrepancia se vive como deserción moral).
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Humillación pública del referente (caída del pedestal que desnuda la fantasía del seguidor).
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Personalidad rígida y frágil (baja tolerancia a la ambigüedad; necesidad de certidumbre).
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Entornos que premian la pureza (incentivos para castigar desviaciones).
Prevención (lo práctico)
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Diversificar fuentes: la pluralidad reduce la fragilidad del yo ideologizado.
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Alfabetización crítica: enseñar a convivir con la ambigüedad y con líderes falibles.
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Higiene comunitaria: reglas claras contra la deshumanización y el lenguaje de purga.
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Puentes de salida: vías dignas para disentir sin ser excomulgado.
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Intervención temprana: detectar cuando la discrepancia se convierte en cruzada moral.
Nota metodológica y ética
Este término es propositivo y narrativo: no pretende medicalizar ni excusar la violencia, sino nombrar un patrón para comprenderlo y prevenirlo. Si ayuda a periodistas, educadores, moderadores de comunidades y creadores de ficción a reconocer señales, habrá cumplido su función.
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