¿Qué pasa en tu cerebro cuando haces ayuno intermitente?
1. Autofagia en marcha
Tu cerebro activa su sistema de limpieza. Adiós a los residuos y hola a neuronas más sanas.
2. Más BDNF, más enfoque
Se produce una proteína clave para aprender y adaptarse: el BDNF. Básicamente, abonas tu jardín neuronal.
3. Mejor memoria y concentración
En vez de quedarte sin energía, tu cuerpo se pone en modo cazador: alerta, enfocado y con claridad mental.
4. Menos inflamación cerebral
El ayuno reduce el estrés oxidativo y la inflamación. Sí, tu cabeza también necesita detox.
5. Energía limpia: cetonas
Sin glucosa a mano, tu cuerpo quema grasa y alimenta tu cerebro con cetonas. Rendimiento premium.
¿Cuál recomiendo si estás empezando?
El clásico y efectivo ayuno 16:8.
Ayunas 16 horas (incluyendo las del sueño) y comes en una ventana de 8 horas, por ejemplo de 12h a 20h. Es flexible, sostenible y tiene respaldo científico.
¿Y la fuerza de voluntad? ¿Se compra por Amazon?
Ojalá. Pero no:
Empieza poco a poco, retrasa desayunos progresivamente.
Fuera tentaciones visuales.
Recuerda tu "para qué": salud, energía, claridad.
Respira antes de rendirte: una pausa puede cambiar todo.
Crea un ritual: agua con limón, té, lo que te conecte con tu decisión.
¡Y lo mejor! La corteza prefrontal (sí, esa parte del cerebro que decide) se fortalece con la práctica. Cada “no” a una tentación es como una flexión cerebral.
PD: Si tienes problemas médicos, ansiedad o condiciones especiales, consulta antes con un profesional. El ayuno no es para todo el mundo.
Tu cerebro no se apaga cuando no comes. Se reinicia. Se limpia. Se afila.
¿Listo para despertarlo?
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