Tu amígdala y la política: ¿Miedo o realidad?
Si alguna vez te has sentido atacado porque alguien dijo algo que no encaja con tus creencias, tranquilo, no eres tú... es tu amígdala cerebral.
Sí, esa pequeña almendra en tu cabeza que se supone que te protege de peligros reales, pero que, en su exceso de entusiasmo, no distingue entre un tigre y un tuit que contradice tus ideas.
Resulta que la amígdala es la responsable de que algunas personas reaccionen con pánico cuando alguien menciona la palabra cambio. Y aquí viene lo interesante: estudios han encontrado que las personas con tendencias conservadoras tienden a tener una amígdala más reactiva.
Es decir, ven la novedad como una posible amenaza, lo que en su cabeza se traduce más o menos así:
🔴 ¡Nos están quitando nuestras costumbres!
🔴 ¡Esto llevará al caos!
🔴 ¡Antes todo era mejor!
Mientras tanto, los más abiertos al cambio, con una corteza prefrontal más activa, piensan algo como:
🟢 Tranquilo, puede que esto no sea tan malo.
🟢 Veamos qué pasa, a lo mejor funciona.
🟢 Antes no todo era tan maravilloso, acuérdate de los peinados de los 80.
Pero lo mejor de todo es que esto no es culpa de la gente, sino de cómo sus cerebros procesan el miedo y la incertidumbre. Por eso, cuando ves a alguien en redes sociales perdiendo los papeles porque algo nuevo los altera, en realidad no están discutiendo contigo… están discutiendo con su amígdala en modo pánico.
Así que la próxima vez que te encuentres en una pelea ideológica, respira hondo y recuerda: no es que la otra persona sea tonta, es que su amígdala tiene el botón de alarma demasiado sensible.
Y si alguna vez te pasa a ti, puedes decir:
"No soy yo, es mi amígdala conservadora haciéndome ver el cambio como un apocalipsis."
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