Título: “Pensar diferente no debería ser delito”
Texto:
Vivimos tiempos donde el pensamiento binario está ganando terreno.
Si criticas a Trump, eres de izquierdas.
Si criticas a Maduro, eres de derechas.
Si piensas por ti mismo… entonces eres sospechoso.
Y si dices que los dos son el mismo desastre pero con diferente bandera… te echas el doble de enemigos.
Hay cosas incomprensibles en estas "derechas" e "izquierdas" de estos tiempos.
Criticar no significa que pertenezcas a un extremo.
Significa que piensas. Que cuestionas. Que no te dejas atrapar por etiquetas vacías.
El radicalismo ideológico ha simplificado tanto la realidad que solo permite dos opciones: estás conmigo o contra mí.
Y eso no es política, es fanatismo.
Pero hay algo aún más preocupante: este pensamiento polarizado refuerza el arquetipo del bullying.
Si no piensas igual, si no encajas en el molde, si haces preguntas incómodas…
te conviertes en un blanco fácil.
Porque en un sistema binario, la diferencia es una amenaza.
La persona que razona, que se detiene a dudar, que intenta ver el matiz entre el blanco y el negro, acaba sola en un laberinto… mientras la masa avanza en fila por una autopista hacia el abismo.
El pensamiento crítico no es cómodo, pero es necesario.
Porque solo desde la duda, el cuestionamiento y la reflexión nace algo que no está infectado por los extremos: la verdad.
Y si te miran raro por pensar distinto, sonríe… Estás saliéndote del rebaño.
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