La química de la atracción no siempre necesita palabras… ni perfumes. Las feromonas son esas partículas traviesas que flotan en el aire y despiertan una conexión inexplicable. Sin que te des cuenta, pueden hacer que tu corazón se acelere o que alguien te parezca irresistible sin razón aparente.
La ciencia lo respalda: un estudio de Wedekind et al. (1995) demostró que las feromonas influyen en la selección de pareja al favorecer el emparejamiento con personas genéticamente complementarias. Es decir, no es tu técnica de seducción… ¡es tu biología jugando a ser cupido!
Fuente:
Wedekind, C., Seebeck, T., Bettens, F., & Paepke, A. J. (1995). MHC-dependent mate preferences in humans. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 260(1359), 245-249.
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