¿Te has preguntado alguna vez cómo alguien puede creer que vivimos en una pizza cósmica en vez de en una esfera azul? Tranquilo, no es magia… es el cerebro haciendo de las suyas. Vamos a ver qué ocurre en esas mentes que insisten en que vivimos en un frisbee gigante:
🧠 1. El cerebro ama lo simple (aunque sea absurdo)
Nuestro cerebro odia la incertidumbre. Por eso, cuando te dicen: "La Tierra es una bola que gira a 1.600 km/h alrededor del sol", piensas: "Bueno, tiene sentido". Pero para un terraplanista, esa frase suena como "¡Los unicornios manejan la gravedad!". Ellos prefieren una explicación más sencilla: "La Tierra es plana. Punto". Fácil, cómodo y sin dolores neuronales.
🔍 2. El sesgo de confirmación: ¡Bienvenidos al túnel de la certeza!
Si buscas en Google "¿Es la Tierra plana?", recibirás una avalancha de vídeos con tipos serios usando reglas de colegio para 'demostrar' que el horizonte es una mentira. ¿Por qué? Porque el cerebro adora las respuestas que confirman lo que ya cree. Es como preguntarle a tu abuela si eres el más guapo de la familia.
👥 3. El club exclusivo de 'los despiertos'
Creer en teorías conspirativas te da la sensación de estar en un club VIP del conocimiento: "Los demás están engañados, pero yo sé la verdad". Es como llevar gafas de sol dentro de una discoteca: te sientes importante, aunque el resto piense que te falta un tornillo.
🌐 4. Internet: la fábrica de terraplanistas
La web es un parque de atracciones para las ideas más disparatadas. Desde "la Tierra es plana" hasta "los lagartos controlan el mundo". ¿Por qué ocurre esto? Porque las redes sociales no te preguntan si tienes nociones de física básica antes de dejarte publicar. Resultado: un batallón de "expertos" con vídeos en sótanos iluminados por una lámpara de lava.
Conclusión:
El terraplanismo no es cuestión de inteligencia, sino de cómo funciona nuestro cerebro: busca patrones, quiere certezas y adora sentirse especial. Así que, la próxima vez que te encuentres con alguien que insista en que vivimos en un disco flotante, no discutas. Solo dile: "Claro, y los gatos no dominan Internet".
Fuente:
Lewandowsky, S., Gignac, G. E., & Oberauer, K. (2013). The Role of Conspiracist Ideation and Worldviews in Predicting Rejection of Science. Psychological Science, 24(5), 622–633.
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